8/4/10

a la romana




Desfilan cientos de tíos disfrazados de romanos por las calles de mi pueblo. Ni llevan catapultas, ni crucifican a nadie, ni siquiera hacen formaciones de batalla. Por no hacer, ni dan respeto. Ni siquiera lo intentan. No es su función. Tampoco les importa. Hacen el ridículo en público pero sin replica, porque son días muy sentidos pero poco discutidos.

En ese mismo momento, los infieles, nos revientan el coche.

Y los romanos siguen con su desfile de cartón piedra, y la gente los acompaña, y la policía los protege.
Y nosotros nos jodemos. Y los fieles rezan, y la policía patrulla vete a saber por donde.

Es eso, tener fe.
Por lo menos durante esta semana.
O eso o confiar que rendir pleitesía a cientos de tíos disfrazados de romanos te van a resolver la eternidad.

Seguidores

Archivo del blog