20/3/12

Primavera

12/3/12

Moebius



Antes de hacer la dedicatoria me preguntó si mi nombre llevaba “h” intercalada.
Con la de cosas que me hubiesen gustado decirle, solo tuve valor de balbucear “no”.

Quince años después, aún tengo muchas más cosas que decirle, pero solo volveré a balbucear “gracias por todo”.

1/3/12

¡Inocente!




Siempre que me cruzo con policías desvío la mirada y bajo la cabeza.
Este acto reflejo es bastante absurdo teniendo en cuenta que apenas he delinquido ultimamente.

El temor viene de que, por error, me confundan con algún delincuente, atracador, terrorista, traficante o miembro de la famlia real.
Y eso que creo tener una cara lo bastante poco común para ser confundido con nadie. Solo me ha pasado una vez, en un chiringuito playero de la costa almeriense, cuando una escadalosa familia numerosa me confundió con su sobrino Antoñito.
“¡Anroñito, Antoñito!” me gritaban desde la otra punta del recinto, haciendo aspavientos y lo suficientemente fuerte como para que el resto de clientes fijaran sus miradas en mi a la espera de una reacción por mi parte que calmase la euforia desatada por la escandalosa familia confundida.
El malentendido se solucionó no con pocas explicaciones por mi parte y gracias a mostrar el DNI (¡esa familia era difícil de convencer!). El resultado de todo ello fue un par de cañas gratis, deferencia de la familia, a la salud de Antoñito.

A lo que iba, que si algún día os enteráis de que me han detenido por algo, que sepáis que soy inocente.
No habré sido yo, lo habrá hecho otro, posiblemente Antoñito.

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