28/10/13
26/9/13
18/9/13
20/6/13
13/6/13
23/5/13
Tess Tinieblas
A finales de los noventa yo fui soltero y ocioso.
La peregrinación cada sábado por la tarde a la tienda de cómics se había convertido en agradable rutina semanal. Tenía asegurada una hora y curato, más o menos, de coqueteo con papeles de distinto gramaje y entintado. Que si te hojeo. Que si te medio leo pero no te compro.Que si me he fijado en ti ha sido por tu portada. Que si, que si...
Hora y cuarto entre “que sis”.
“Que sí” seguramente fue lo que pensé al ver aquel álbum de Tess Tinieblas.
La mitad la leí en la tienda y reservé el final para hacerlo en casa, ahí conocí a Bolón, el amnésico crónico por culpa de ver tanta televisión, y a Elmo, el fantasma de un discjockey de los setenta que pinchaba en Disco Inferno, la troupe de Tess.
Duró poco la serie, pero fue intenso, que sí.
7/3/13
Easy riders
¿se puede odiar a un niño?
si, desde luego. Yo odio al mocoso que vive en el piso de arriba. Sobre todo desde que va motorizado en su triciclo multicolor y recorre toda la casa sin desfallecer, dándose ánimos constantemente en forma de gritos de apaches rodeando a una caravana de colonos.
Igual, con tanta afición, el tiempo lo convierte en un ciclista profesional y lo veamos subiendo el Tourmalet, el Alpe d'Huez, el Galibier... siempre al ritmo de su agudo aullido rompe tímpanos.
Creo que les voy a comentar la idea a sus padres, para que empiecen a pensar en las posibilidades de futuro que tiene ese triciclo para su hijo, y de paso para que se lo lleven a esos lugares y lo dejen allí un tiempo largo y que practique.
¿se puede odiar a un niño? si, desde luego, pero si está lejos, un poco menos.
15/1/13
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