4/3/07

Amuras, cuadernas y rumbo de aguja



De entre todos los profesores que he tenido, el de navegación se lleva la palma en pintoresco.
Buzo de profesión, se gana la vida haciendo todo tipo de chanchullos portuarios: lo mismo libera unos cabos enrollados a la hélice, que tramita documentaciones de barcos o hace de camarero en un caro restaurante frente a los veleros.

Vive en un barco sin motor dónde da las clases entre el balanceo y el crujir de las maderas. Es la escuela con el patio más bonito del mundo.

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