25/1/07

el gusto es mio

No conozco a mi cartero ni él a mi, nunca nos hemos visto. Pero seguro que lleva varios días riéndose a mi costa, desde que dejó en el buzón una postal que me enviaban desde Londres en la que la imagen es un primer plano de Lady Di en vivos colores, con su vestidito rojo con canesú, su coronita en la testa y su carita de pena.

Ese atentado contra cualquier gusto (bueno y malo) hecho postal venía firmado por mi gran amigo, el señor Oompa Loompa, el mismo que un día me contó que su cuadro preferido era uno que vió veteasaberdónde en el que el motivo principal era un retrato de un perro collie sacando un poco la lengua y con mirada tristona que te perseguia por mucho que cambiaras de situación, ¡la Monalisa de los retratos caninos!, todo sobre un fondo fúcsia y dentro de un marco ovalado. Una joya.

Por suerte siempre hay alguien con visión más amplia de las cosas que te hace sentir cierto cariño por aquello que hasta entonces encontrabas horroroso: los souvenirs de toreros y bailaoras, los pósters de perros jugando a cartas, el cuadro del payaso que llora, el de la cacería de perros con el pobre ciervo acorralado, la funda del asiento del coche hecha de bolas de madera, las camisetas imperio con agujeritos, las batas de guatiné, el salir un domingo a comprar el diario con chandal y zapatos, el follar con calcetines puestos... bueno, esto no, porque siempre depende de quien los lleve puestos.




PD: sé que el señor Oompa Loompa siempre está de guasa y sus gustos no tienen nada que ver con lo que me cuenta y envía... o eso creo.

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