21/9/06

¡diana!




En el barrio ya no hay tanta movida ni tema de conversación desde que nadie quema coches por despecho de amor. Aquello era algo así como lo que estaba pasando entonces en Paris, pero con su punto de culebrón venezolano.

Ahora sólo afinamos la puntería para tirar dardos a la diana y pasar un buen rato, que siempre será mejor que lanzarnos cuchillos. Tampoco hay motivos.

Y es que hay buena gente en el barrio. He visto otros con mejor presencia, mejores maneras, más nombre y más glamour, pero falto de sentimientos. Para pensar que la gente que allí vive, en vez de corazón tienen una pastilla Juanola, negra y pequeña. Por lo menos aquí hay gente que les falta pecho para guardar lo que llevan dentro.

Y todo sigue oliendo a cous cous y a menta, a ropa tendida, a piedras que queman y a arena seca donde los críos aún juegan a canicas... tampoco está tan mal.

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