16/9/08

retirada!




Las esquinas estaban tomadas por trapicheos de poca monta mientras en los bancos del paseo las piedras se fundían hasta oir las sirenas que acudían a sofocar otra bronca más.
Al anochecer.
Cuando ellas plantaban sus sillas en la acera siempre en el mismo orden de disposición, dispuestas a seguir la charla del día anterior sobre defunciones en el barrio o comparativas de medicamentos, poniendo firmes con sus comentarios a todo el lumpen nocturno que pasara frente a ellas. Derrochando respeto (hacia ellas) por las cuatro patas de sus sillas.

Las esquinas ya están casi libres y los bancos del paseo vacíos.

Las sillas recogidas hasta el próximo verano.
Ojalá vuelvan a estar todas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

uooooo!!!!!!!! Me encanta esta venerable ancianita!!! es como un cruce entre chaltonjeston y una abuelita del belleville de pennac, ¿no?
...y seguro que las galletas que prepara están riquíiiisimas!!! jaj!!
besitos de abuela, muchos!! :D

Anónimo dijo...

Yo creo que nos encontramos con la versión femenina del Dr Jekyll y Mr Hyde. La ancianita que se pone a tricotar con el ovillo de lana y sus afiladas agujas, para luego pegar tiros varios a todo aquel que no tenga la bondad de saludar a unas honorables ancianitas... a las pruebas me remito!, miren las bainas!

En el centro del nostro poble todavía permanece esta costumbre tan arraigada y veraniega, sobre todo para la tercera, cuarta y quinta edad (del pleistoceno). Dios salve a las ancianitas, y ya de paso, a nosotros de ellas.

Anónimo dijo...

Vigila! que observando la realidad a pie de acera te puedes convertir en una de "Ellas"... ¿A que ya tienes una silla en el descansillo? ¿De esas con mimbre despeluchado? Pues estás a punto de pasarte al lado oscuro...

Anónimo dijo...

Buenas a todos. Habéis visto el ataque a Noel en Toronto? Lo podéis ver bajo todos los ángulos en Youtube...No tiene desperdicio!! El ataque en si, no: es hasta comprensible (algún que otro fan con los dedos mutilados debido a un lanzamiento de pandereta haría lo mismo)...lo que no tiene desperdicio es ver como Liam, en vez de ir a socorrer a su hermano se lía a guantazos con el atacante!!! Eso sí que es amor de hermano!!

Anónimo dijo...

Ahí llega el letargo de sus ancestrales encuentros a la fresca.

Guardarán sus gafas de visión nocturna y las pipas de gas pimienta dentro de una bolsa de plástico amarillenta (como la de su mando a distancia sin teletexto).

Los vecinos y familiares sentirán paz interior por la ausencia de un pitido de oídos que creen patología veraniega.

Pero no sufras. Volverán las oscuras abuelinas en tu puerta las sillas a alojar..

Colibrí

Teo Perea dijo...

pues yo de mayor quiero ser como ellas!!... con más dientes, claro...

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